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El cambio climático es uno de los mayores desafíos ambientales que enfrentan los ecosistemas en todo el planeta. Sin embargo, el bosque mediterráneo es particularmente vulnerable debido a sus condiciones climáticas extremas y a su biodiversidad especializada. La región mediterránea es conocida por sus veranos secos y calurosos y sus inviernos húmedos y suaves, características que determinan la adaptación de las especies locales. Con el cambio climático, estas condiciones se están intensificando, lo que amenaza tanto a la flora como a la fauna del bosque.

Los impactos del cambio climático en el bosque mediterráneo incluyen el aumento de la temperatura, la reducción de las precipitaciones, y la aparición de eventos extremos, como olas de calor, sequías prolongadas e incendios forestales. Estas condiciones afectan el crecimiento y la reproducción de las plantas, especialmente de especies endémicas que no pueden adaptarse a cambios bruscos en su entorno. Además, los incendios forestales, alimentados por la sequedad del suelo y el calor extremo, destruyen grandes áreas de bosque, reduciendo la biodiversidad y la capacidad del ecosistema para recuperarse.

El Observatorio de Cambio Global estudia cómo estas variaciones climáticas afectan el bosque mediterráneo, utilizando sensores y otras herramientas para monitorear las condiciones ambientales. Al identificar patrones en los datos recogidos, los investigadores pueden prever posibles daños y trabajar en la implementación de medidas para mitigar el impacto del cambio climático en este ecosistema.

El cambio climático también afecta a la fauna del bosque mediterráneo. Las especies animales que dependen de ciclos estacionales para su reproducción y alimentación se ven perjudicadas por las variaciones en el clima. La escasez de agua y el cambio en la disponibilidad de recursos alteran los ciclos de vida y provocan una disminución de las poblaciones de ciertas especies, lo que genera desequilibrios en el ecosistema.